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QUIRÓN: La acuciante llamada de lo salvaje

"Abandonar el sendero" es otra forma de llamar al Camino,

y deambular alejándose del sendero es la práctica de lo salvaje.

Es ahí también donde, paradójicamente, damos lo mejor de nosotros mismos.

Aún así, necesitamos caminos y senderos, y los mantendremos siempre.

Primero debes estar en el camino,

antes de poder echar a andar en otro sentido y adentrarte en lo salvaje.

Gary Snyder

Los dioses del mito nunca ocurrieron, pero siempre son.

James Hillman



Al intentar comprender la esencia de lo que en astrología llamamos Quirón, es fácil que nos topemos con resistencias racionales. Quizás porque, astronómicamente, Quirón es un cuerpo descubierto apenas en 1977 y de tamaño muy reducido (166 km de diámetro estimado). Situado entre la órbita de Saturno y la de Urano, a cuerpos como él, debido a su doble naturaleza entre cometa y asteroide se les ha designado en astronomía como “centauros”, haciendo un guiño a la también doble naturaleza entre caballo y hombre de estos últimos.


La época de su descubrimiento coincide con el auge de las terapias alternativas, y no es extraño que la naciente astrológica psicológica acogiese al nuevo cuerpo con el entusiasmo propio de la Nueva Era, empezando enseguida a proliferar interpretaciones sobre su significado en la carta natal como factor psicológico. A esto se prestaba la sugestiva simbología del mito de Quirón, el más popular de los centauros en la mitología griega. Enseguida se le atribuyo el sobrenombre del “sanador herido”, y a su posición en la carta, en lineas muy generales, como al lugar de la experiencia en el que hay una herida que al mismo tiempo es fuente de un talento.


Con casos así, no es de extrañar que algunas mentes ilustres como Ken Wilber dijesen que la astrología pertenece a la etapa del pensamiento mágico. Y hasta casi habría que darle la razón, pero…es como si, precisamente, la “experiencia” de Quirón quisiera mostrarnos las grietas e insuficiencias de lo apolíneo y lo racional, aún dentro del campo astrológico: 40 años de estudio experimental en cartas natales han demostrado que su influencia como factor arquetípico es asombrosamente notable y precisa, tanto a nivel de radix(carta natal) como de tránsitos.


Si esto es correcto y no un delirio cosmoarquetípico colectivo, entonces el mito de Quirón debe referirse a una pulsión, a una función, a un tema universal de la psique humana, y también debe tener un correlato más allá de la mitología griega. Vayamos en ruta hacia el encuentro de un sentido más amplio en esta historia.



El mito

La versión más popular de la historia de Quirón nos cuenta que éste nació de una violación por parte de su padre, el titán Cronos, a la ninfa Filira, que se había transformado en yegua para escapar de él. Al nacer de esa unión un centauro, parte animal, parte dios, su madre lo repudió, y pidió ser transformada en tilo. Quirón fue adoptado por Apolo, quien le transmitió su sabiduría, y el centauro, cuyo hogar era una cueva, se convirtió en maestro de muchas artes, entre ellas música, caza, medicina o astrología. Fue además tutor de varios de los héroes más destacados en la mitología griega: entre ellos Jasón, Ulises, Aquiles, Asclepio, Hércules… Y fue precisamente una flecha de éste la que, por accidente le hirió en una pata durante una reyerta con otros centauros. La flecha estaba envenenada con el veneno de la hidra, y la herida era por tanto incurable, lo que le producía a Quirón, que era inmortal, mucho sufrimiento. Se cuenta que buscando sanar su herida amplió su maestría médica, pero no le sirvió de nada. Aquí su historia se enlaza con el mito de Prometeo. El titán, por haber robado el fuego a los dioses y luego haberse burlado de ellos, fue encadenado a una roca, y condenado a que un águila le picotease el hígado cada día. Zeus puso por condición que solo lo liberaría si alguien cediese a cambio su inmortalidad. Es Quirón quien pide ocupar el lugar de Prometeo. Éste es entonces liberado, Hercules mata al águila con una flecha, Quirón muere, y Zeus lo asciende a los cielos, donde es transformado en la constelación del centauro.




Rastreando los orígenes


Como explican Marija Gimbutas, Joseph Campbell o Eric Fromm, en la zona de la vieja Europa el ser humano estuvo íntimamente ligado a la naturaleza durante miles de años, viviendo, a semejanza e otras culturas tradicionales del planeta, con una conciencia de estrecha interdependencia animista con los fenómenos naturales, las plantas y con los animales. De esta conexión y comunicación en equilibrio dependía su supervivencia.







El Señor de los animales es una figura híbrida humano-animal presente en muchas culturas tradicionales y cuyas representaciones en la zona europea se remontan al paleolítico. Está relacionada con el principio masculino de la divinidad y con la caza como acto ritual, invocada o incorporada su presencia por el chamán, como intermediario del Espíritu entre cazador y animal. Para Mircea Eliade era "la figura más divina de toda la prehistoria" y el prototipo de todos los dioses posteriores. En la tradición celta se le conoce como Cerunnos, y en la cultura drávida de la India su nombre era Pashupati, un aspecto de Shiva:



Rudra vive en las selvas y las junglas. Es llamado Pashupati, Señor de los animales salvajes (Shataphata Brahmana, XII, 7, 3, 20). La manada de Shiva comprende todos los seres vivos, incluidos los humanos. […] En todas las formas de existencia están presentes, con distintos grados, los diferentes aspectos del ser. No hay dios sin animalidad, no hay animal sin humanidad, no hay humano sin una parte de animalidad. En toda persona se distinguen tres componentes llamados pati (maestro), pashu (animal) y pasha (vínculo). […] No existe más moral que el respeto al pasha, el vínculo, es decir a la interdependencia de lo animal y lo divino en nosotros mismos. (Linga Purana Cap. 34, 11-23)



Podemos encontrar historias del señor de los animales o el señor de la caza en las culturas mediterránea, africana, siberiana, aborigen, china, noreuropea y americana. Según Robert Bly, el Señor de los animales es la misma imagen arquetípica que hoy en día se llama "Hombre Primitivo" o "Salvaje", que ya fue reconocida por Jung, y a la que dedicaremos más adelante un apartado. Dice Bly:


El Hombre Primitivo o el Señor de los animales se asocia con la iniciación de los jóvenes desde hace al menos catorce mil años. A través de la iniciación del Hombre Primitivo, los hombres aprenden a venerar el alma del animal, y esa antigua veneración evoca en el atareado hombre adulto el dolor de la vida animal, la aflicción de toda la naturaleza, "las lagrimas de las cosas", la conciencia presente entre lo uno y lo otro; y, finalmente, despierta en el chamán la habilidad de introducirse en la conciencia de las montañas, las rocas, las aguas, los árboles y los demonios. Pero sobre todo, la devoción por los animales que mueren evoca la sabiduría del sacrificio, y lo que este sacrificio representa. (RB p269)



Esta conexión humano-animal, la dimensión chamánica y la importancia de la caza ya tocan asuntos que podrían implicar a la figura de Quirón. Como explica Mircea Eliade en "El chamanismo y las técnicas arcaicas de éxtasis", el caballo es el animal funerario y psicopompo ("el que guía y conduce a las almas") por excelencia. Su invocación facilitaba el trance, el vuelo mágico del alma a las regiones prohibidas o al más allá, y su galope simbolizaba el abandono del cuerpo, la muerte mística del chamán. En Quirón tenemos a un hombre-caballo que vive en una cueva (dominio clásico de lo chamánico) y que es reconocido maestro de muchas artes, pero sobre todo de caza y de medicina.


El arquetipo del sanador herido es, por otra parte, característico de la función chamánica. Según está documentado en multitud de casos y experiencias, el proceso de convertirse en chamán a menudo parte de una crisis, una enfermedad, una incapacidad que propicia una llamada. A la aceptación de ésta prosigue un camino iniciático que conlleva intensas pruebas psicológicas, físicas y espirituales y que culmina en una muerte y un renacimiento. El chamán muere a su antiguo yo y renace como intermediario entre los dominios de la naturaleza, el ser humano y los espíritus.




En su libro sobre Quirón, Melanie Reinhart establece ya este paralelo con el paradigma chamánico propio de las culturas “primitivas”, caracterizado por una visión holista de la existencia, en la que todos los fenómenos aparentes están interconectados en una red de conciencia. Ser humano, plantas, animales y naturaleza no están aquí separados, sino inmersos en este tejido vincular, y la individualidad no existe sino en relación a la comunidad de la que se forma parte. Es la chamánica una conciencia de hemisferio derecho del cerebro, que contrasta con la conciencia de hemisferio izquierdo, apolínea, racional, especializada en analizar y discriminar, propia del paradigma patriarcal posterior.


La separación de la naturaleza que implicó el proceso de civilización, con su énfasis hacia lo masculino, heróico y solar, encuentra su origen en la edad de Hierro, y está reflejada en los relatos sumerios y bíblicos. Es la base de la cultura judeocristiana, que tiene su continuación lógica en la posterior visión del mundo cartesiano-newtoniana. En otro artículo sobre Lilith relato esta transición y todo lo que implicó a la psique colectiva. Para mi, está representada ya en el mito sumergido de la creación cuando Marduk, el héroe solar, mata a Tiamat, la diosa.


Encuentro que es una escena muy similar a la de Hércules venciendo a la Hidra (cuya sangre-veneno causó el dolor de Quirón), monstruo dragón-serpentino que tiene en algunas versiones nueve cabezas, como niveles tiene tradicionalmente el árbol del mundo, símbolo de la diosa. Podríamos de nuevo estar ante el aspecto ctónico de esta. El que a la hidra le vuelvan a crecer las cabezas al cortarlas a mí me recuerda mucho a la persistencia y fuerza de propagación de las plantas silvestres o "malas hierbas". Es significativo que en el mito se dice que una de las cabezas de la hidra era inmortal, y que Hércules la puso debajo de una roca. Si la roca fuese aquí un símbolo, también Prometeo fue encadenado a una roca.





Es fácil ver el correlato de esta lucha en muchas leyendas occidentales posteriores en la que el héroe mata al dragón: Beowulf, El anillo de los nibelungos, San Jorge y el dragón... Es la civilización patriarcal que somete a la naturaleza salvaje, o al menos lo intenta, pagando un precio muy alto. Quizá, como expresan algunos autores desde una perspectiva evolucionista, esta separación sea un paso necesario para el despliegue de la conciencia humana, y el dragón represente el abrazo regresivo de la madre.*


La cultura helenística, con su mitología ya tendente a lo heróico, pero aún plagada de figuras telúricas y ambivalentes parece una especie de interfaz en esta transición. Precisamente Quirón es un personaje que semeja hacer de puente entre estas dos maneras de entender el mundo.


* Ken Wilber llama tifónica a la conciencia chamánica, y la diferencia de una conciencia centáurica, que ha transitado la diferenciación mente-cuerpo y ha reintegrado luego lo instintivo, pero sin quedarse simplemente ahí.


Las dos heridas

Hay dos heridas en Quirón. La primera es la falta de reconocimiento de sus progenitores, que lo engendraron bajo su forma de caballo. Su padre, Cronos, se desentiende, y su madre, Filira, prefiere quedar eternamente bajo la forma de un árbol (con propiedades somníferas), haciéndose inaccesible, rechazando el fruto de su vertiente animal o instintiva.


En nuestra sociedad, muchísimas personas comparen la herida del rechazo de lo instintivo. Muchos de los que hemos recibido la influencia primordial de las formas de pensamiento de la cultura occidental judeo-cristiana nacimos de padres cuidadosamente educados y “entrenados” en la represión de su vertiente instintiva. Este rechazo de sí mismos hizo que fueran incapaces de reconocer ese mismo aspecto en sus hijos, y más aún de aceptarlo y cultivarlo. (MR p36)


Apolo fue el padre adoptivo y maestro de Quirón, representando el principio de la razón y el orden (logos), energía arquetípica implicada en la educación y la civilización, opuesta en todo caso a lo instintivo. De ahí que aunque Quirón sobreviva, se produce en él esta polarización, presente hoy en día en nuestra psique colectiva:


El cultivo y la evolución del yo individual requieren ciertamente un proceso de restricción y domesticación de nuestra propia naturaleza, de lo cual se sigue que el desarrollo de nuestra civilización bien puede haber exigido la diferenciación y la separación entre las naturalezas espiritual y animal del hombre. Pero una vez que el caballo está domado y embridado, es destructivo el empeño de querer controlarlo por completo, valiéndose de la brutalidad y de la fuerza. La relación entre el hombre y el caballo debe ser una relación de armonía y de amor; el amo de verdad está tan afinado con su caballo que no necesita riendas. de la manera más simple, el hombre occidental no se ha mostrado dispuesto a renunciar a ninguna porción del poder que ha obtenido en su conquista de la naturaleza. Por miedo a perder su poder, sigue abusando de su caballo y descuidándolo. (Robert Stein en MR, p38)


La segunda herida es la causada por Hércules, precisamente entre una disputa entre hombres y centauros, según se cuenta en la historia. El relato que se hace tradicionalmente de los centauros parece achacarles lo peor de ambas naturalezas: seres belicosos, camorristas y lúbricos. Se deja claro que Quirón no es como los demás centauros, era un centauro civilizado y estaba del lado de los hombres, es decir que estaba ya polarizado en esa parte de su naturaleza y alejado de su parte animal. Que Hércules, discípulo de Quirón, sea el causante de esa herida dice mucho. El prototipo del ideal heróico y masculino que ha dominado la cultura occidental hasta la actualidad, en su vertiente positiva aúna cualidades de fuerza, resistencia, ingenio e individualidad necesarias para la emergencia del Yo y la consciencia, pero su lado negativo es destructivo. Se caracteriza por la conquista y la dominación, la psicología de la “supervivencia del más fuerte”, la devaluación de lo femenino y lo salvaje. Con un énfasis en la supremacia sobre la naturaleza, la sobrevaloración del heroísmo es una búsqueda ciega de inmortalidad terrenal, del ego, a costa de mucho sufrimiento humano.


La herida de "lo heroico" en la parte animal de Quirón, provocada por la flecha (atributo de Apolo) bañada en veneno-sangre de lo femenino "monstruoso", oculto, ctónico, podría representar de nuevo las consecuencias psíquicas de esta polarización hacia lo apolineo, heroico, racional, civilizatorio... en detrimento de la conexión con la naturaleza y lo instintivo.




Paralelismos: la leyenda del Grial


La historia del Grial tiene varias versiones y fuentes. La más completa y desarrollada, según Joseph Campbell, es la de Wolfram Von Eschenbach, un caballero bávaro, cuya versión se basó en las narraciones de un alquimista árabe.


El Grial se enmarca en el mito de la caída de Lucifer. A éste, al más orgulloso de los ángeles, se le pidió que reverenciara al hombre, la más alta creación de Dios. Y Lucifer se negó. Según los cristianos, se lo impidió el orgullo. La interpretación musulmana chiíta es que lo hizo por amor a Dios. Hubo una guerra en el cielo, algunos ángeles se pusieron del lado de Dios y otros del lado de Lucifer: se crearon los opuestos. El Grial sería una copa de piedra que fue traída del cielo por ángeles neutrales.


El misterio metafísico consiste en superar todos los opuestos. Donde tenemos opuestos de bien y mal, estamos simplemente en el campo de la ética. Adán y Eva fueron expulsados del Edén cuando conocieron la diferencia entre bien y mal. La naturaleza no sabe nada de esto. Los ángeles neutrales no estaban del lado de Dios ni el de Lucifer, y Wolfram interpreta el nombre de Parsifal como percé a val, "el que mira por el medio del valle", entre el par de opuestos. Esto es herejía. Estamos en el campo de las tradiciones gnósticas. (JC, p254)




La historia se enmarca dentro de las guerras medievales y las leyendas artúricas. Parsifal, o Perceval, es un joven que nunca conoció a su padre y cuya madre murió de disgusto cuando su hijo la dejó para seguir su vocación caballeresca. Sus andanzas están enmarcadas dentro un paisaje que se conoce como la Tierra Baldía, según Campell, caracterizado por un problema: "gente que vive vidas inauténticas, las vidas que les dicta la sociedad". En la narración, a menudo, Perceval deja las riendas sueltas sobre el cuello del caballo, deja que este lo guíe.


En esta tradición, el caballo representa la voluntad de la naturaleza, y el jinete representa el control racional. Aquí la naturaleza es lo que nos está moviendo. Comparemos esta tradición con la cristiana proveniente de oriente próximo, donde la naturaleza contiene al bien y al mal, pero debemos ser buenos; una tradición que no dice “Sigue a la naturaleza”, sino “Corrige a la naturaleza”. Wolfrám aquí está diciendo “Entrégate”. (JC p.258)


En una de esas andanzas "a la querencia" de su caballo, Perceval al llega a un lago. Ve un bote con dos hombres pescando. Uno es un Rey herido, el Rey del Grial, que simboliza todo el problema de la Tierra Baldía. Es un Rey que no se ganó su posición, sino que la heredó. Al salir de su corte, en una lid con un caballero pagano proveniente de Tierra Santa, la lanza del Rey del Grial mató a su oponente, pero la lanza del otro alcanzó la ingle del rey, castrándolo. La punta de la lanza se quebró y se quedó dentro de la herida.


¿Qué nos está diciendo Wolfram? Que el ideal espiritual de la Edad Media, que distinguió a la gracia sobrenatural de la natural, ha castrado a Europa. La gracia natural, el movimiento del caballo, no es permitida, no es lo que dicta la vida. Lo que dicta la vida es la gracia sobrenatural, esa noción de una cosa espiritual que viene por la vía de los cardenales de la iglesia diciendole a uno qué es bueno y qué es malo. La naturaleza ha sido asesinada en Europa. La energía de la naturaleza (esta es la lección de Wolfram) ha sido asesinada. La muerte de este caballero pagano simboliza eso, y la impotencia espiritual del Rey del Grial es la consecuencia. (JC. p261)


Tras la lid, con muchos dolores, el Rey vuelve a la corte. Al extraerle la punta de la lanza pagana de la herida, esta tenía escrita una palabra “Grial”.


Significa que la tendencia natural de la naturaleza es hacia el espíritu, mientras que el señor del espíritu ha rechazado la naturaleza. La Tierra Baldía. ¿Como se curará el mal de la Tierra Baldía? La cura provendrá del acto espontáneo de un corazón noble, cuyo impulso no se dirija al yo sino al amor, en el sentido no del amor sexual sino de la compasión. (JC. p262)



Perceval se embarcará en la búsqueda del remedio para la sanación del Rey pescador y de la tierra baldía, que representa el Grial. La primera noche tras conocer al Rey, es invitado a quedarse en su castillo, que como el Rey, está bajo un encantamiento. Sin el saberlo, esa noche tiene la oportunidad de lograrlo. Lleno de compasión, está movido a preguntarle al Rey: “¿Qué le duele?”. Pero ha aprendido -de las reglas de la caballería- que un caballero no hace preguntas. Y fracasa.


Y así, en nombre de la imagen social, se ciñe al principio de la Tierra Baldía de actuar de acuerdo a cómo nos han enseñado, en lugar de actuar según la espontaneidad de nuestra noble naturaleza interior.(J.C. p262)

Perceval tendrá entonces que hacer un camino de aprendizaje sobre la lealtad (a sí mismo) y la compasión antes de volver a ser invitado al castillo y poder hacer la pregunta correcta al Rey: "¿Cual es tu problema?". Al final lo conseguirá, el Rey se redimirá y Perceval se convertirá, el mismo, en el Rey del Grial. Un Grial, como cuenta Campbell, cuyo nombre es también Lapis exilis, la piedra filosofal.



Hay varios puntos en el relato que me parece tienen paralelismos con el mito de Quirón. La herida de Quirón podría ser nuestra Tierra Baldía interior.


Hay una desnaturalización y una polarización el mismo sentido (hacia lo apolineo en el mito griego, hacia la norma y moral civilizada y eclesiástica versus naturaleza en la historia del Grial) que produce sufrimiento, que es causa de una herida, y que propicia una búsqueda.


Ambas búsquedas se culminan igual, con la compasión que se pone en el lugar del otro: que Perceval se convierta al final en el rey del Grial, recuerda mucho al compasivo intercambio de Quirón por Prometeo. Recordemos que, como en los sueños, todos los personajes de la historia se refieren a la propia psique, al self. Según Liz Greene:


La aceptación de la mortalidad por parte de Quirón también puede reflejar el destino del Rey del Grial, quien al final puede morir cuando Perceval formula la pregunta correcta. El rey herido es redimido, pero no puede curarse. En este sentido, el Rey del Grial es el Quirón herido, y el viaje de Perceval es una imagen del sendero por el cual podemos redimir nuestro sufrimiento. [LG p213]




El señor de los animales y el arquetipo del "Hombre primitivo" o "El Salvaje”


En su libro Iron John, uno de los textos referentes de lo que se ha llamado Nueva masculinidad, el poeta estadounidense Robert Bly, partiendo de un relato de Los hermanos Grimm, desarrolló toda una exégesis de la formación de la personalidad masculina arquetípicamente sana.


El relato, que tiene mucha simbología, (entre ellas que el joven protagonista recibe dos heridas, la segunda en la pierna) cuenta una historia de un joven príncipe que deja libre a un extraño gigante peludo que los hombres de su padre encuentran en el fondo de un pantano y apresan en una jaula. El príncipe se va con el salvaje abandonando el reino paterno, pero con el se tiene que someter a un aprendizaje y diversas pruebas. Una es entrar como humilde sirviente al servicio de otro rey. La hija del rey, la princesa se fija en joven criado. El hombre salvaje ayuda al príncipe a ganarse el respeto del padre de la princesa, pasando diversas pruebas, y al final acaba por ganarse su mano. El salvaje se revela al final como un gran rey que había sido hechizado, y le regala al joven todos sus tesoros.

En el libro, Bly dedica todo un capítulo al tema de la herida en el muslo, estableciendo un paralelismo con toda una serie de heridas masculinas en la narrativa occidental. Está la herida del Rey pescador en la leyenda del Grial; está una antigua leyenda que dice Jesus cojeaba, recogida en Rey Jesus, de Robert Graves; está la cojera de Hefesto (de la que habla Melanie Reinhart cuando explica Quirón en Tauro), y también las heridas de Adonis y Ulises causadas en la caza del jabali. La herida, según Bly, es primeramente una toma de tierra, pero también abre una conexión espiritual:


Algunas tradiciones antiguas dicen que ningún hombre se hace adulto hasta abrirse al mundo espiritual, y que semejante disponibilidad se alcanza mediante la herida en el lugar adecuado, en el momento adecuado, en la compañía adecuada. La herida da cabida al alma. James Hillman, refiriéndose a Hans Castorp en La Montaña mágica y a la mancha de tuberculosis en los pulmones de Castorp dice: “ El vasto reino de lo espiritual entra a través del pequeño agujero de su herida” (RB p.237)


En muchos rituales iniciáticos masculinos tradicionales el joven aspirante a hombre, recibe una herida ritual por parte de los ancianos: puede ser un corte, la rotura de un diente, o soportar picaduras de insectos. El joven abandona el mundo de la infancia para sumergirse en el mundo adulto, del que el dolor formará parte. Zeus se abre el muslo para dar nacimiento a Dionisos, la contrapartida extática de la razón apolínea. La herida es, según Bly, la apertura de un útero masculino, que es un segundo corazón:


La antigua tradición dice que las mujeres tienen dos corazones, uno en el pecho y otro en el útero. Son seres de doble corazón. Los ancianos iniciadores, pues, hacen del joven, a través de la herida infringida en el espacio ritual, un hombre de doble corazón. Ahora el hombre tiene el corazón material que siempre había tenido, pero también un corazón compasivo. Tiene un corazón doble. (RB p.248)

¿Y quién es el hombre primitivo? ¿Cuales son sus huellas en nuestro interior?


Una huella de hombre primitivo es la espontaneidad que conservamos de nuestra niñez. No importa en cuantas reuniones familiares hemos participado, a cuantas reuniones de comité hemos asistido, pequeños y extraños movimientos de los hombros y extraños gritos nos esperan en nuestro interior.[…] Cuando el hombre primitivo ha sido conservado en el interior, el hombre siente también una simpatía genuina hacia la condición salvaje en la Naturaleza.[…] El hombre primitivo es el protector masculino de la tierra[…]Hermes, Apolo, y la Virgen pueden estar por encima de la naturaleza, pero el Hombre Primitivo es la naturaleza.(RB p251)


El hombre primitivo, como puerta hacia la condición salvaje, es también, a semejanza de Quirón, un mentor, un chamán, un iniciador, una figura que podría pensarse prácticamente desaparecida en la sociedad moderna, pero que se encuentra presente en todos los relatos de iniciación tradicionales, en lo que Joseph Campbell llama el viaje del héroe.





A través de sus disciplinas, el Hombre Primitivo prepara un cuerpo emocional capaz de recibir dolor, éxtasis y espíritu.[…]guía en el camino de regreso que, en algún momento de la edad adulta, tenemos que emprender al lugar del abuso y del abandono infantiles. En ciertos casos, el hombre primitivo nos conduce a ese dolor con más precisión que nuestro niño interior, precisamente porque no es un niño. Puesto que no es un niño, conoce historias y nos puede ayudar a descender al sufrimiento personal y a salir de él. Las cualidades del Hombre Primitivo, entre ellas el amor a la espontaneidad, la asociación con lo primitivo, la honra del dolor y el respeto por el riesgo, asustan a mucha gente. Algunos varones, tan pronto reciben los impulsos hacia el riesgo y reconocen su vinculación con lo que hemos dado en llamar el Hombre Primitivo, se asustan, anulan su parte primitiva y recomiendan timidez y comportamiento colectivo a los demás. (RB p256)


El camino quironiano, el camino que tenemos que recorrer bajo la tutoría del Salvaje, puede ser un descenso, una caída, un pasaje en el vientre oscuro de la ballena, a recuperar lo que hemos perdido en el proceso civilizatorio, a liberar lo que ha sido enjaulado por las convenciones sociales y la separación de la naturaleza. Debe hacer un proceso de des-aprendizaje. Ton Van der Kroon explica esto en su libro “El retorno del Rey”:


Al parecer, debemos decir adiós a nuestras imágenes interiores de los padres si queremos seguir creciendo hacia la madurez. Ése es el núcleo del rito de la pubertad que hace de un joven un hombre.[…] Un iniciador o chamán conduce a un hombre desde el cielo hasta la tierra. Como una segunda madre, carga con la responsabilidad del hombre hasta que esté preparado para nacer de nuevo. Al morir su identidad—la que había construido partiendo de normas y valores de sus padres y la sociedad—encuentra su núcleo auténtico, su autoridad interior. Un hombre, por tanto, no debe ascender, sino descender para encontrar su verdadera fuerza. Si un hombre sólo asciende, se sitúa en la órbita del dios divino, vive según normas, principios y valores. Tiene ideas fijas de cómo es el mundo y está convencido de que esas ideas son válidas para todos. […] Por medio de la iniciación, un hombre se vuelve, en cierto modo, corriente. Ya no es tan especial, pero sí único. Conoce su propia fuerza y vulnerabilidad.[…]Hace lo que debe hacerse, con independencia de la fama o éxito que con ello pueda obtener. Ve el valor del trabajo diario, servicial y humilde, porque este le pone en contacto con la tierra y lo alimenta. Y precisamente, por conocer el valor de la servidumbre, aprende lo que es el verdadero liderazgo: no liderar con grandes ideas o palabras, sino dando el mismo ejemplo.

En nuestra sociedad, muchos hombres se encuentran en algún punto de este camino hacia abajo. Hacen su descenso en silencio y desde el mundo exterior apenas se nota este movimiento. Se trata de un camino doloroso, a menudo causado por una enfermedad, un despido o un divorcio. (TV, p103)


El “Hombre primitivo” o “Salvaje” es un arquetipo de la psique masculina ligado, según Van der Kroon, al chakra raíz. En sus memorias, Jung, con Quirón en Piscis en Casa II, relata bellamente su reencuentro con esta parte de su personalidad. En 1923, aproximándose a su primer retorno quironiano, comienza a construirse un torreón con sus propias manos:

Desde un principio, el torreón se convirtió para mi en un lugar de perfeccionamiento, un seno materno o una figura maternal en la cual podía volver a ser lo que fui, lo que soy y lo que seré. El torreón me daba la sensación como si hubiera renacido en piedra. […] Aquí soy, por así decirlo, el hijo primitivo de la madre”. Así se dice sabiamente en la alquimia, pues “el viejo”, el “primitivo”, a quien experimenté ya de niño, es la personalidad numero 2 que siempre ha vivido y vivirá. Está al margen del tiempo y es el hijo del inconsciente maternal. En mis fantasías, el “primitivo” adoptó la figura de Filemón y en Bollinguen está vivo. A veces estoy como abierto al paisaje y a las cosas, y vivo yo mismo en cada árbol, en el murmullo de las olas, en las nubes, en los animales que vienen y se marchan, y en las cosas. No hay nada en el torreón que no haya crecido y evolucionado en el transcurso de las décadas y con lo que yo no esté unido. Todo tiene su y mi historia, y aquí hay espacio para el ilimitado reino del subconsciente. Prescindí de electricidad y yo mismo cuido del hogar y de la estufa. Por la tarde enciendo las viejas lamparas. Tampoco hay agua corriente, debo extraer el agua yo mismo mediante bombas. Parto la leña y preparo la comida. Estas cosas simples hacen al hombre sencillo; y ¡qué difícil es ser sencillo! (CGJ p.267)


Las palabras de Jung recuerdan a las de Thoreau en Walden, referente de la literatura “salvaje” o Nature writing. Hay en el ser humano actual una llamada a recuperar esa conexión con la naturaleza que la civilización moderna ha perdido:


Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente; enfrentar solo los hechos de la vida y ver si podía aprender lo que ella tenía que enseñar. Quise vivir profundamente y desechar todo aquello que no fuera vida... Para no darme cuenta, en el momento de morir, que no había vivido.


El "Hombre Primitivo", el "Salvaje" y el "Señor de los animales" son el mismo. Es la misma figura arquetípica-deidad que se llamó Cerunnos, Pashupati-Shiva, Dionisos, Pan, Quirón...Está en la mitología sumeria como Enkidu, a quien Gilgamesh, el rey de la ciudad recién civilizada, somete. Todos sabemos lo que hizo la iglesia católica con esta figura, y en qué la convirtió. No se entendió, entre otras cosas, el elemento divino en la energía sexual que representa. Hoy la encontramos castrada en hombres y mujeres, y nos toca redimirla, recuperarla, reincorporarla.


Todo lo que queremos hacer aquí es afirmar que el hombre peludo que aparece bajo el agua al inicio de nuestro cuento, tiene otro lugar en el reino superior habitado por los dioses. Es el dios de la profundidad, las heridas y el sacrificio. [...]En nuestro sistema industrial, ignoramos a la Gran Madre, también ignoramos al Señor de los Animales. Somos, tal vez, los primeros en la historia en intentar vivir sin honrarle, a él y a su profundidad, a sus heridas y a su conocimiento del sacrificio apropiado. Como resultado de ello, nuestro sacrificios se han vuelto subconscientes, regresivos, inútiles, indiscriminados, autodestructivos y masivos.[...]Una vez oí una disertación de Marie-Louise Von Franz sobre el hombre primitivo. Explicó que advertía en los sueños de hombres y mujeres una figura que, siendo espiritual, también está cubierta de pelo, una especie de Cristo peludo. Ella cree que lo que hoy necesita la psique es una nueva figura, una figura religiosa pero peluda, en contacto con Dios y con la sexualidad, con el Espíritu y con la tierra.. (RB p280)




Significado de Quirón en una carta.

Si un signo es una cualidad de la experiencia y una casa un campo o área de la misma, Quirón en la carta representa una distorsión en la expresión sana e instintiva de esa cualidad en ese campo de la vida. Esa distorsión se muestra como una actitud desnaturalizada, una perdida de espontaneidad que se deriva de una polarización social y cultural hacia lo racional, lo civilizado, lo moral, lo socialmente establecido. Es como una orfandad colectiva, una desconexión de nuestra parte instintiva que nos condiciona a una actitud incongruente, ambigua, artificial y contraproducente para con nuestros objetivos. A esa actitud se le podría considerar nuestra cueva quironiana.


Son creencias y programas mentales disfuncionales que nos hacen sentirnos ineficaces e impotentes en esas áreas y que en un primer momento podemos tender a esconder para ser aceptados por nuestra familia, grupo o cultura. Negar nuestros instintos podrá afectar a nuestro cuerpo, a nuestro ánimo y a nuestra salud.


Es una impostura propia que nos hace sufrir y que boicotea la expresión íntegra e ideal de nuestra esencia vivida en plenitud (Sol), pudiendo estar asociada a otras funciones psíquicas o dimensiones de la experiencia según aspectos a otros planetas. El daño que aparece cuando se Quirón se hace notar manifestándose por aspectos en tránsito se puede llegar a sentir como ligado a un fatalismo: “¿Por qué a mi?”


En ese tema vital y en esa área de la experiencia, uno puede jugar el papel de víctima quedándose en el autocompadecerse, en la resignación y el rol de persona herida, lo que puede ser una manera de sentirse especial. Puede adoptar el papel de victimario, con amargura, rencor o envidia, optando en su dolor por infringir a otros el mismo daño. O también puede, desarrollando una conciencia de la común naturaleza herida, ayudar a otros a recorrer esa senda de sanación, a encontrar su espontaneidad perdida.


Como toda herida, abre en nosotros posibilidad de compasión hacia el sufrimiento de los demás; puede despertar una comprensión hacia la dificultad en toda experiencia humana. Asumida, nos rebaja, nos disminuye, nos vuelve más sencillos y humildes. Es un camino descendente que nos lleva a aceptar nuestra mortalidad.


En ese sentido, dejar de anestesiar nuestro dolor con las múltiples píldoras que la sociedad moderna ofrece y afrontar, transitar, hacerse cargo de la experiencia quironiana es como una iniciación, un descenso en profundidad a nuestra caverna interior en pos de nuestra espontaneidad perdida, un adentrarse en el bosque de nuestra psique al reencuentro de nuestra verdadera naturaleza.


En mi opinión, no tiene su raíz en nuestra infancia aunque a priori parezca así. Aquí llueve sobre mojado, porque el patrón viene de largo, de manera ancestral y/o de vidas pasadas. Elegimos familias que nos muestren nuestra herida y nuestra desconexión, padres o ancestros cuyos temas resuenen con que los nosotros traemos.



En la actualidad puede también tener un correlato en el momento del nacimiento, no intrínseco al parto y al abandono del espacio uterino, sino causado por la forma desnaturalizada de nacer en quirófanos en la sociedad moderna: nacemos en espacios destinados a enfermos y heridos, y de manera antinatural: la luz, la posición, los anestésicos, la sobreintervención del médico, el desnaturalizado trato al bebé post parto….El bebé es un mamífero, diría Michel Odent. De esta manera, el nacimiento es un trauma, pero no tiene por qué serlo, muchas experiencias de parto natural, cada vez más demandado, lo confirman.

A mi entender, la experiencia quironiana tiene ver con la expulsión del Edén, pero no en un sentido metafísico, refiriéndonos al abandono de los planos del alma para encarnarse, sino con la separación del ser humano de la naturaleza, propiciada por la civilización moderna y la cultura patriarcal, con todo lo que conlleva comer del fruto del árbol de bien y del mal y la experiencia de la dualidad: la aparición de lo bueno y lo malo, de la moral, lo aceptable y lo no aceptable socialmente…

Al decaer el gran Tao, se recurre a la virtud

Al decaer la virtud, se recurre a la bondad

Al decaer la bondad, se recurre a la justicia

Al decaer la justicia, se recurre al rito.

(Tao te king cap. XXXVIII)

Dice Jesus Gabriel:

La suma de cultos, normas y ceremonias de que se compone nuestra relación con el mundo—eso que llamamos cultura— quizá no sea otra cosa que una gigantesca hoja de parra tras la cual esconder nuestros instintos.

No se puede recomponer un tazón roto y que quede igual, pero si se hace con arte, puede quedar más bello incluso que el original. Es la resiliencia quironiana: no se puede volver al estado de inocencia primigenio, pero el tránsito no habrá sido en vano. Se alcanza una madurez y una naturalidad que forman una conciencia más íntegra. De la reconciliación quironiana salimos más sabios, brillantes como estrellas, pues también implica una redención a modo individual de nuestra parte prometeica y de nuestra hibris como civilización.





Haciendo de bisagra entre Saurno y Urano, podemos deducir que la experiencia quironiana se puede sentir como una limitación ligada a unos convencionalismos familiares, culturales y sociales (Saturno), y que va a pedir de nosotros un reencuentro innovador con nuestra singularidad más allá de esos límites (Urano). Al principio, podemos tener una actitud de todo-o-nada respecto a esa cualidad y área de nuestra vida, pero la redención quironiana implicará el encuentro de una vía media (perce à val: el que mira por el medio del valle) que reconcilie antagonismo y polaridades.


Quirón nos habla de nuestro iniciador, tutor o maestro interior, y de lecciones (por casa y signo) que venimos a aprender. Va a ser necesario que reconsideremos en nuestra vida todo lo que tiene que ver con esa cualidad y ese área de la experiencia hasta llegar a encontrar ahí nuestra autenticidad. En ese sentido, la experiencia quironiana es un reencuentro con nuestro dharma: el camino del medio hacia nuestra verdadera naturaleza. La reconciliación quironiana nos acerca a nuestro Sol, y los planetas en contacto o aspecto con nuestro Quiron serán fuerzas implicadas en ese reencuentro que habremos de reconciliar.


No soy partidario de aunar por sistema los significados de signos y casas, pero aquí lo voy a hacer por razones prácticas. Con Quirón, habremos de hallar "la expresión apropiada" de ese signo o cualidad, en ese casa o área de la experiencia. Algunos ejemplos:


Con Quiron en I o Aries es probable que hayamos sentido que nuestras expresiones espontáneas de pasión, autoafirmación o voluntad fueron aplastadas o reprimidas cuando éramos niños, ya sea de forma sutil o manifiesta. Uno oculta o se desconecta de lo que realmente quiere. Hay falta de amor propio y también puede haber habido un rechazo al cuerpo. Tenemos la posibilidad de reconectar con esa “voluntad de la vida” en nosotros, con gran fuerza y vitalidad.


Con Quirón en II o Tauro quizá portamos un legado de rechazo de nuestra naturaleza sensual instintiva, o también creencias limitantes sobre el dinero y la materia, y necesitamos redescubrir nuestro propio sistema de valores. Tenemos la capacidad de resacralizar la materia y reencontrarnos con la abundancia y el placer de vivir.


Con Quirón en III o Géminis puede haber pautas de pensamiento y comunicación contraproducentes y destructivas que se pueden haber manifestado en nuestra niñez, puede haber secretos y no-dichos en nuestra familia. También nuestro modo natural de pensar, igual más asociativo, pudo haber sido desvirtuado por la enseñanza recibida. Más tarde podemos tender a polarizarnos en lo racional, dejando de la do todo lo intuitivo e imaginativo. El tema de la dualidad puede ser critico. Tendremos dones para comunicar y expresar en palabras los sentimientos, las emociones, lo "inexpresable", lo que necesita ser dicho.


Con Quirón en IV o Cancer puede haber un tema o herida con los cuidados maternos y las necesidaddes básicas de seguridad, que pueden haber sido “desnaturalizados”. Hay una necesidad de reconciliarnos con la “madre”, con la vida. Quizás idealizamos la pertenencia al clan, a la cultura, a la patria..., sacrificando así nuestra individualidad, porque tenemos conceptos de familia, de “madre” limitantes. Quizás tenemos una herida de expulsión antinatural del útero que nos llama a convertirnos en madre de nosotros mismos y a reconectarnos con una capacidad natural de nutrir.


Con Quirón en V o Leo: una herida que tiene que ver con una actitud artificial, antinatural, tóxica, respecto a la expresión de la propia creatividad, a la expresión del juego, del placer, a la expresión natural de la propia dignidad e individualidad, de nuestra espontaneidad. Quizá se ha manifestado por medio de una forma restrictiva por parte de nuestros padres, y se puede manifestar en la relación con nuestros hijos. Podemos sentir envidia hacia la creatividad de los otros, y deberemos hacer un camino de reencuentro con nuestro centro creador y solar.




Con Quirón en VI o Virgo: desconexión de los procesos corporales y de la fuente de la salud, educación de excesiva compartimentación o especialización, o de obsesión con el orden o el control. Puede haber una confusión con el arquetipo virgen/prostituta, excesiva tendencia a la critica o exigencia buscando la perfección de los detalles. Podemos asumir el papel de sirvientes. Tener la capacidad de conectarnos totalmente con el orden natural y encontrar nuestro dharma poniéndonos a su servicio.


Con Quirón en VII o Libra puede haber un tema respecto a las formas o las maneras correctas de relacionarse, los modelos de pareja o de matrimonio, la estética o el concepto de belleza. Podemos tener conceptos desnaturalizados de justicia o igualdad, esnobismo, máscaras de cortesía o sobredosis de diplomacia, tratar de complacer a todo el mundo. También podemos tender más fácilmente a proyectar nuestra herida. Podemos desarrollar dones vinculares, de gran apreciación de la belleza, autenticidad y originalidad en nuestras relaciones

Lilith y Quirón


Todo lo dicho sería aplicable tanto para hombre como para mujer. Para ellas, Quirón podría tener que ver además con la expresión distorsionada (por la sociedad y la convención) de su parte masculina. Reflejaría aspectos de su psique masculina artificializados o distorsionados que son causa de sufrimiento y que además podría tender a proyectar en los hombres de su entorno y en su experiencia.





Si con Lilith veíamos el trauma causado por la demonización y exilio de nuestro lado femenino más radical y telúrico, con Quirón estamos hablando de la herida causada en el principio masculino también por esta separación de la naturaleza, (la “expulsión del Edén”) en cuanto a desconexión de nuestra parte instintiva. Creo, por tanto, que Lilith y Quirón son factores paralelos que indican el daño producido en nuestra psique colectiva tanto en su parte femenina, como en su parte masculina, debido el advenimiento e instauración de lo que llamamos el “paradigma patriarcal” y su polarización hacia lo masculino, racional, heróico.


Los daños son diferentes: en los mitos Lilith es expulsada y demonizada, está indignada. Quirón es herido, sufre. Siguiendo esa línea, el daño en nuestra parte femenina, Lilith, sería más bien por una devaluación, una represión, un exilio, una obstrucción, que se manifiesta como una congestión visceral, un reclamo indignado y disfuncional, saboteador de nuestros verdaderos intereses. El de Quirón, en cambio es debido a una desnaturalización, una artificialidad, una polarización que niega una parte de nosotros mismos, y que se manifiesta como una distorsión sufriente. Según Jesus Gabriel:


La diferencia mayor entre Quirón y Lilith es que él necesita restituir el contacto armonioso con el mundo, mientras que ella es una expatriada que reniega de cualquier intento que hagamos por integrarla en una normalidad que ella rechaza, sino es con sus condiciones, a menudo tan secretas, abstractas y punzantes que retan al intelecto a ir más allá de interpretaciones tranquilizantes.[...] Quirón representa todo aquello de nosotros que brama por un reconocimiento que nos habilite como personas de pleno derecho. Representa la recuperación de aquella dignidad virgen de la infancia que se fue perdiendo en el proceso de socialización. En cambio, Lilith representa la negativa a entrar en juegos de connivencia y conveniencia, en el sistema de normas y usos sociales. Quirón es un pacifista que quiere integrarse en el sistema mientras que Lilith indica algo de nosotros que impide todo intento de acuerdo. Es evidente que la mezcla de ambos puede resultar realmente explosiva.



Podemos ver esa mezcla explosiva de Quirón y Lilith en acción en la carta de Christopher McCandless, Alexander Supertramp (12/2/68, 16:14, Inglewood, California), cuya vida está retratada en la película Into the Wild:



Su Quirón en Piscis está prácticamente en casa 9, conjunto a Marte, opuesto a Urano y a Plutón, en trígono con Neptuno. Un Quirón así puede indicar una gran sensibilidad por el dolor colectivo, además de un impulso muy idealista y poderoso hacia la redención basado inconscientemente en el sacrificio de la propia vida, además de funcionar como acto de protesta y rebeldía frente al orden establecido. Lilith está en Tauro en casa 10, en cuadratura amplia tanto al Sol como a la Luna. En el momento de su muerte, el 18 de Agosto de 1992, Quirón acababa de hacer conjunción con su Ascendente hacia dos meses, en plena experiencia de "lo salvaje" en el autobús donde murió, y Lilith estaba en conjunción partil exacta con su Sol. Pero además el Eje nodal estaba en cruz con su oposición Quirón-Urano y su Lilith natal estaba cuadrada doblemente por la oposición partil Quirón-Saturno en foco de T. Las direcciones por Arco solar también son muy significativas para ese momento en cuanto a Quirón y Lilith y al eje nodal.




Estas son algunas frases de la película:



-Los niños pueden ser jueces duros cuando se trata de sus padres, poco dispuestos a conceder el indulto.


-Sin estar ya envenenado por la civilización, huye y camina sólo por la tierra, para perderse en lo salvaje.


-Algunas personas sienten que no merecen el amor. Caminan tranquilamente en espacios vacíos, tratando de tapar las brechas del pasado.


-Voy a parafrasear a Thoreau aquí… en lugar de amor, de dinero, de fe, de fama, de justicia… dame verdad.


-La naturaleza es un lugar despiadado, al que le traen sin cuidado las esperanzas y anhelos de los viajeros.


-Nada es más perjudicial para el espíritu aventurero de un hombre que un futuro seguro. El núcleo básico del espíritu del hombre es su pasión por la aventura.


-El viaje fue una odisea en el más amplio sentido de la palabra, un épico viaje que iba a cambiar todo.


-Por fin estaba libre de cargas, emancipado del sofocante mundo de sus padres y compañeros, un mundo de abstracción y seguridad y excesos materiales, un mundo en el cual se sentía fuertemente desconectado del puro latido de la existencia.


-Muchas personas viven en circunstancias infelices y, sin embargo, no tomarán la iniciativa de cambiar su situación, porque están condicionados a una vida de seguridad, conformidad, y conservadora, todo lo cual parece dar lugar una paz mental.


-Quería movimiento, no una existencia sosegada. Quería emoción y peligro, así como la oportunidad de sacrificarme por amor. Me sentía henchido de tanta energía que no podía canalizarla a través de la vida tranquila que llevábamos.


-El llanto… la traición a una sensación de pérdida tan enorme e irreparable que la mente se resiste a tomar su medida.


-Es un fuerte y agudo dolor el que siento cada día. Es realmente difícil. Algunos días son mejores que otros, pero va a ser duro cada día por el resto de mi vida


-Estaba en lo cierto al decir que la única felicidad certera en la vida es vivir para los demás…






BIBLIOGRAFÍA:


BLY, ROBERT. Iron John. Circulo (1992)

CAMPBELL, JOSEPH. Los mitos en el tiempo. Emecé (2002)

GABRIEL, JESUS. Quirón. Viaje alrededor de un sentimiento herido. Sincronia (2016)

GABRIEL, JESUS. Lilith. El enfado interior. Sincronia (2016)

GREENE, LIZ. Barreras y límites. Kier (2002)

HILLMAN, JAMES. Un terrible amor por la guerra. Sexto Piso (2004)

JUNG, CARL GUSTAV. Recuerdos, sueños, pensamientos. Seix Barral (1999)

REINHART, MELANIE. Significado y simbolismo de Quirón. Urano (1991)

SNYDER, GARY. La práctica de lo salvaje. Varasek (2016)

VAN DER KROON, TOM. El retorno del Rey. Vesica piscis (2010)



ARTÍCULOS:


LIZ GREENE. Estar herido y la voluntad de vivir. Apollon, Agosto 1999.

ALEJANDRO LODI. Resiliencia y Quirón astrológico. (2008)



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Quirón y el Grial

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